No somos simétricos — somos humanos
- 29 may
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 30 may
¿Alguna vez has visto una foto o un video tuyo montando y has pensado…
“¿Por qué siempre me siento un poquito hacia la izquierda?”
Te ajustas. Te centras. Crees que ya lo corregiste.
Y cinco minutos después… ahí estás otra vez.
Ligera y misteriosamente fuera del centro.
Puede ser frustrante—especialmente cuando estás haciendo tu mayor esfuerzo por “sentarte simetricamente” en la silla. Pero hay algo que la mayoría de los jinetes no sabe:
Esto no es solo un hábito al montar.
Es un patrón humano. Y es completamente natural.

La asimetría es parte de nuestro diseño
Hoy en día, muchos profesionales del movimiento reconocen que la asimetría no es un defecto:
es parte de cómo fuimos diseñados.
Tu hígado está del lado derecho.
Tu diafragma es más fuerte y tiene una forma distinta en ese mismo lado.
Tu corazón está ligeramente desviado a la izquierda.
Tus pulmones no tienen el mismo tamaño.
Y tus músculos—sobre todo en la zona de las costillas y las caderas—se desarrollan con desequilibrios con el paso del tiempo.
Esto crea un patrón postural muy común:
Tendemos a desplazar la pelvis y la caja torácica hacia la izquierda,
mientras acumulamos tensión en la cadera y el hombro derecho.
¿Esa posición ligeramente desalineada en la montura?
No es un error.
Es simplemente un reflejo de nuestra humanidad.

¿Qué significa esto cuando montamos?
Esa asimetría natural no desaparece cuando subes al caballo.
De hecho, tu caballo probablemente la percibe más que tú.
Puede manifestarse en cosas como:
Colapsar siempre hacia la izquierda o desorganizarte en la rienda derecha
Tener una pierna “fuerte” y la otra más suave o imprecisa
Apoyarte más en un isquion que en el otro
Dificultad para doblar o girar en un solo lado
Que tu caballo se desvíe o resista ciertos ejercicios
Lo más importante que debes entender es esto:
Tu caballo no te está desobedeciendo.
Está respondiendo a tu cuerpo.

No necesitamos ser perfectos—solo estar presentes
Una de las realizaciones más liberadoras como jinete es saber que:
No tienes que “arreglar” tu asimetría para ser efectiva.
Solo necesitas hacerla consciente.
Cuando entiendes los patrones naturales de tu cuerpo, es más fácil montar con claridad, suavidad e intención.
Y es ahí cuando tu caballo empieza a sentirse más sostenido… y más dispuesto a encontrarse contigo a mitad del camino.
Comprender tu asimetría natural es apenas el primer paso.
Con herramientas suaves como el trabajo de respiración, la exploración de movimiento, o simplemente prestando atención a cómo te sientas, puedes mejorar tu propiocepción (tu capacidad de sentir dónde está tu cuerpo en el espacio).
Y eso transforma tu forma de montar.
Tu caballo no necesita que seas simétrica.
Necesita que estés presente y en conversación contigo misma.
Empieza por escucharte a ti—porque tu caballo ya lo está haciendo.
Con cariño y consciencia,
Ale
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